Revisa y ajusta regularmente la configuración de privacidad en tus cuentas de redes sociales. Limita la cantidad de información personal que compartes públicamente y sé selectivo al aceptar solicitudes de amistad. Controla quién puede ver tu contenido y el de tus hijos es esencial para proteger tu privacidad en línea.

Para evitar fraudes y hackeos utiliza contraseñas robustas y evita usar la misma en múltiples cuentas. Considera un gestor de contraseñas para simplificar y fortalecer la gestión de tus credenciales en línea. Establece la autenticación de dos factores siempre que sea posible para una capa adicional de protección.

Mantente alerta ante correos electrónicos sospechosos o enlaces no solicitados. No hagas clic en enlaces de mensajes desconocidos y verifica siempre la autenticidad de los remitentes. La educación continua sobre las tácticas de phishing es esencial para prevenir estafas en línea y proteger tu información personal.

Sí, revisa las aplicaciones que tus hijos descargan. Asegúrate de entender su propósito y verifica las calificaciones y reseñas. Además, configura las descargas para que requieran tu aprobación.

Asegúrate de que todos los dispositivos conectados a Internet, como cámaras de seguridad o juguetes inteligentes, estén protegidos con contraseñas sólidas y actualizaciones de seguridad. Verifica la privacidad de los datos que recopilan.

Realiza copias de seguridad regulares de tus datos importantes en dispositivos externos o en la nube. Esto garantiza que, en caso de pérdida o corrupción de datos, puedas recuperar la información esencial. La prevención es clave para evitar la pérdida irreversible de archivos.

Si sospechas de robo de identidad, actúa de inmediato. Notifica a tu proveedor de servicios de Internet, cambia todas tus contraseñas y contacta a las agencias de crédito. Monitorea tus cuentas bancarias y de tarjetas de crédito regularmente para detectar actividades sospechosas y toma medidas preventivas para evitar consecuencias graves.